sábado, 30 de julio de 2016

Los 7 Impuestos más absurdos de Colombia

Tanto el ‘4 x 1.000′ como el impuesto sobre consumo, entre otros, ahorcan el bolsillo de los colombianos

1. El “4×1.000”
La implantación de este impuesto data del gobierno  de Andres Pastrana y en sus inicios solo era del 0.2% sobre todas las transacciones financieras, como una salida a una crisis económica. Luego de superarse esta crisis, el impuesto no fue retirado sino que fue vigorizado. Aunque las expectativas sugieren que en 2022 este impuesto ya no regiría, a la fecha el mismo se ha duplicado y cuando ya no rija, será cambiado por otro más absurdo. Así opera el sistema contributivo de Colombia.

2. Impuesto sobre la renta para la equidad (CREE)

Este impuesto absurdo no permite el crecimiento de las verdaderas generadoras de empleo. Lleva tres años y se implementó luego que el Estado redujera el impuesto sobre la renta tradicional del 33% al 25%.  Sin embargo, las empresas legalmente constituidas terminaron pagando el valor inicial incrementado una unidad, es decir, el 34% en el impuesto de renta. El Estado colombiano no es competente para generar empleo, así que por lo visto abusa como una medida de sustentación.

3. Impuesto sobre la valorización

Este es un disparate comparado con los otros puestos que obliga a los ciudadanos a pagar por los proyectos de obras públicas, teniendo en cuenta que el impuesto predial de los dueños de bienes raíces sube anualmente, de acuerdo a los beneficios de infraestructura que el Estado haya implementado cerca al predio, es decir , el Estado cobra hasta tres veces lo que ya se ha financiado con otros impuestos.

4. Impuesto sobre el licor

Imagine que usted vende licor y que cada departamento es un país con reglas e impuestos. Pues bien, así es como funciona este impuesto. La razón es que cada departamento cuenta con una estampilla que el distribuidor debe comprar en la localidad para poder venderlo. Esto protege los monopolios departamentales que cobran más impuestos si el licor es importado, puesto que los grados de alcohol supera el 35%,  lo que no ocurre con el licor producido en la localidad.

5. Registro mercantil

Las Cámaras de Comercio no pertenecen oficialmente al Estado. Sin embargo, obliga a las empresas a pagar cada año un impuesto para trabajar. Es como ir cada año a la Registraduría a renovar la cédula; la afiliación a la cámara debería ser gratuita y voluntaria, y el registro mercantil debería pagarse una sola vez para no desperdiciar tiempo ni dinero de los emprendedores.

6. Ganancias ocasionales Este impuesto es del 10% sobre las ganancias ocasionales. Aunque ha sido reducido gradualmente, ya que los valores iniciales eran de 33%, es un absurdo debido a que las ganancias refieren a herencias, legados y donaciones. El impuesto ha sido eliminado en otros países que no recurren a impuestos absurdos como métodos de lucro.

7. Impuesto sobre el consumo

Impuesto introducido en 2013.  Es adicional al IVA y aplica para las ventas de telefonía móvil, muebles, vehículos, motocicletas y lanchas. Según el Gobierno, el consumo es una actividad que debe ser castigada. Lo irónico es que las panaderías y los restaurantes también deben pagar este impuesto, con una tasa del 8%  en la compra de herramientas para la producción. El Estado no tiene en cuenta que el alimento es una necesidad básica y no incurre al consumo.


Estos impuestos son un atropello, solo beneficia a los recaudantes y deja limpios a los colombianos. Lo interesante es que con tanta cosa seguimos siendo uno de los países más alegres del mundo; debe ser que nos alegra que nos vivan explotando.

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