martes, 3 de mayo de 2016

¿Para qué somos periodistas?
Entres más vieja soy, más me hago esa pregunta: ¿para qué soy periodista? Ustedes, colegas, ¿se preguntan lo mismo de vez en cuando?                          Por: Claudia Morales     * Subdirectora de La Luciérnaga:      17 de septiembre de 2015

ENTRE MÁS VIEJA SOY, MÁS ME HAGO esa pregunta: ¿para qué soy periodista? Ustedes, colegas, ¿se preguntan lo mismo de vez en cuando?
La semana pasada tuve un serio conflicto para responder esa duda luego de ver, una vez más, la falta de humanidad a la que ha llegado el periodismo colombiano. Con un solo caso puedo ilustrar mi decepción. Hablo de la publicación del video con las imágenes del asesinato en Pitalito, Huila, de la periodista Flor Alba Núñez Vargas.
Me resulta grotesco que un medio piense en ese material como una mercancía y que no haya unos minutos de reflexión para determinar qué es lo que pretende exponiendo de esa manera la muerte de cualquier ser humano. Colegas, ¿si Flor Alba hubiera sido la hija de alguno de ustedes, les hubiera gustado que midieran el número de “clicks” o el número de televisores prendidos mientras mostraban la imagen de su muerte? ¿Cuál es el valor informativo? ¿Es información o es morbo?
Yo estaba al aire en La Luciérnaga cuando Mario Roberto, un twittero, me escribió y me dijo que Caracol Radio, la cadena para la cual trabajo, tenía en su página el video. Luego decenas de personas protestaron también contra cada medio que hizo lo mismo. Y les di la razón porque es que, ¿para eso es que queremos ser periodistas? Podríamos escudarnos diciendo que hay gente que consume esos contenidos pero, ¿eso justifica que caigamos en lo más bajo de nuestra condición humana?
Revisé los textos de personas que habría que emular para ver si aprendemos un poco aquello de ser buenos periodistas. Aunque en honor a la verdad, dudo mucho que eso se aprenda. Encontré que el escritor y humanista José Luis Sampedro sostuvo lo siguiente: “el miedo es mucho más fuerte, casi desgraciadamente, que el altruismo, que el amor, que la bondad. El miedo nos lo están dando todos los días en los medios de comunicación”. ¿Es eso lo queremos? ¿Sembrar miedo? Y si la respuesta fuera afirmativa, ¿para qué?
La periodista Marcela Turati, que ganó el año pasado el Premio Gabriel García Márquez, afirmó con razón que “muchas de las redacciones están secuestradas”, y creo que por ahí podríamos explicar esa carencia de humanidad. Estamos secuestrados por la velocidad de las noticias, por las pequeñeces de los políticos, por la falta de verdaderos maestros que se tomen el tiempo de guiar a los periodistas jóvenes y, sobre todo, estamos secuestrados por la cobardía.
Un sabio al que deberíamos parecernos lo más posible, Javier Darío Restrepo, me explicó una vez en una entrevista que el periodismo se aprende y se perfecciona más en los errores que en los aciertos. Y yo no podría estar más de acuerdo, pero para eso que dice Restrepo, tenemos que tener una enorme capacidad de autocrítica, tan escasa entre nosotros los periodistas.
Me incluyo en cada crítica porque soy parte de dos medios y porque no por eso debo ponerme al margen de la miseria que exponemos. En México, Kapuscinski les dijo a unos colegas que, “hay que sentir orgullo y respeto por lo que uno hace”, y en esa medida pienso que si uno empieza a avergonzarse, debe detenerse, pensar y proponer salidas.
Nota al margen: tener un medio de comunicación no es ser periodista , sin embargo  es importante  decir que  la verdadera libertad de prensa esta en hacer valer los principios éticos de esta profesión por sobre todo lo demás, sin importar Egos ni presiones, ni mucho menos miedos o temores,  , estos valores son:
1. Verdad y Precisión: Los periodistas no siempre pueden garantizar la “verdad”, pero obtener los hechos con exactitud es un principio cardinal del periodismo. Siempre debemos luchar por la precisión, dar a todos los hechos pertinentes que tenemos y garantizar que han sido verificados. Cuando no podamos corroborar la información que debemos decirlo.
2. Independencia: Los periodistas deben ser las voces independientes, no debemos actuar, formal o informalmente, en nombre de intereses específicos, ya sean políticos, empresariales o culturales. Debemos dejara clara ante nuestros editores – o audiencia – cualquier afiliación política, financiera u otra información personal que pueda constituir un conflicto de intereses.
3. La equidad y la imparcialidad: La mayoría de las historias tienen al menos dos lados. Si bien no hay obligación de presentar todos los puntos de vista en cada pieza periodística, las historias deben ser equilibradas y presentadas con contexto. La objetividad no siempre es posible, y puede no ser siempre deseable (al narrar por ejemplo, actos de extrema brutalidad o crueldad), pero informar imparcialmente genera credibilidad y confianza.
4. Humanidad: Los periodistas no deben dañar a nadie. Lo que publiquemos puede ser hiriente, pero debemos ser conscientes del impacto de nuestras palabras e imágenes en las vidas de los demás.
5. Responsabilidad
Una señal segura de profesionalismo y periodismo responsable es la capacidad de asumir nuestra responsabilidad. Cuando cometemos errores, debemos corregirlos y nuestras disculpas deben ser sinceras, no cínicas.
Escuchemos las preocupaciones de nuestra audiencia. No podemos cambiar lo que los lectores escriban o digan, pero siempre podemos rectificar cuando hemos sido injustos.

Amigos periodistas, ¿lo debatimos?

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