Soberanía
Alimentaria: necesidad que se abre paso
en el mundo
Recientemente y por primera vez, un director
general de la FAO intervino en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
órgano responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales, alli, José Graciano Da Silva, actual Director
General de FAO, dejó oír su voz sobre la ineludible relación entre seguridad
alimentaria y paz, en su intervención “Sembrar seguridad alimentaria, cosechar
paz”.
Se cumplen 20
años de que un movimiento de las y los campesinos del mundo
articulados en La Vía campesina, llegara
al principal escenario internacional,
ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), que reunía a los gobiernos en la “Primera Cumbre Mundial de
la Alimentación” (13 – 17 noviembre de 1996) con la finalidad de tomar urgentes
medidas y formular un plan de acción conducente para hacer frente a unos de los
grandes flagelos que asistía a la humanidad ante la pavorosa cifra de 680
millones de hambrientos en el mundo.
los
mercantilistas intereses del capital que sólo ve esta grave situación como uno
de los negocios que les reportará enormes ganancias económicas y, a la vez,
mantener un dominio político frente a los estados que cada vez se hacen más
dependientes de la producción agrícola a gran escala del agronegocio, ponen en duda y amenazan esta
misión central de la FAO de impulsar a los gobiernos a definir políticas,
programas y recursos para un plan de acción llamado a enfrentar esta dramática
situación.
La alimentación
un derecho humano y un deber de los Estados garantizarlo , de ahí que el
planteamiento de La Vía Campesina basado en una amplia concepción de humanidad
y de derechos, sitúa la Soberanía
Alimentaría como un principio de lucha fundamental para combatir el hambre en
el mundo y las grandes causas que la generan, exige desarrollar como arma
principal la solidaridad y la hermandad entre los pueblos basado como un
requisito esencial de máxima importancia que va más allá de las luchas de las y
los campesinos por continuar desarrollando y defendiendo las agriculturas locales,
dirigido a situar en la conciencia social la Soberanía Alimentaria como un
derecho soberano de cada nación por garantizar la alimentación de sus pueblos.
Esta es una de
las más importantes y estratégicas acciones para hacer frente a una de las
medidas encaminadas por los intereses económicos de levantar como solución las
banderas de la seguridad alimentaria, y por ende generar medidas para la
adquisición de alimentos mediante la oferta de los países y las grandes
corporaciones, bajo el pretexto de la ayuda humanitaria, poniendo en grave
riesgo la propia producción campesina que por siglos ha alimentado la
humanidad.
Las certezas
de los planteamientos de esa reunión se han hecho cada vez más irrefutables;
mediante propuestas concretas y fundamentadas se han señalado caminos para las salidas a los
problemas globales que generan los actuales modelos de producción y consumo
promovidos desde un capitalismo que ha expandido su dominio sobre Estados y
gobiernos, particularmente manipulando la conciencia de grandes masas populares
dominadas por el consumismo y el individualismo.
Se ven avances y tropiezos, pero lo cierto es que es
innegable la justicia que ha impulsado
unidad y organización en torno al principio político de la Soberanía
Alimentaria, como un eje rector de las luchas en el contexto continental y
mundial.se ha logrado situar estos planteamientos como temas de máxima
importancia e indiscutibles para garantizar la paz, la justicia, el buen vivir
de los pueblos y la vida del planeta, en los más altos niveles.
Hoy la Soberanía
Alimentaria ya está integrada en las constituciones de algunos Estados, así
como en varios países se ha legislado sobre leyes de seguridad y Soberanía
Alimentaria y nutrición. También se avanza en lograr debatirla en la FAO
partiendo de la base que no habrá seguridad alimentaria sin Soberanía
Alimentaria. Sin duda que todo lo que hasta acá se ha avanzado es insuficiente,
cuando cada vez más el atentado a la agricultura campesina y la alimentación de
los pueblos se torna más grave. El dramático éxodo de los miles y miles de
refugiados que, huyendo del horror de guerras fabricadas por los intereses
expansionistas del capital, claman ser acogidos y alimentados, son una muestra
más de este flagelo.
A esta
situación se añade el hecho de que, recientemente y por primera vez, un director
general de la FAO intervino en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, órgano responsable de mantener la paz
y la seguridad internacionales, allí, José Graciano Da Silva, actual Director
General de FAO, dejó oír su voz sobre la ineludible relación entre seguridad
alimentaria y paz, en su intervención “Sembrar seguridad alimentaria, cosechar
paz”. Haciendo hincapié que: ¡La paz sostenible está íntimamente ligada al
desarrollo sostenible, a los alimentos y a su producción! ¡Para sembrar las
semillas de la paz, necesitamos semillas! ¡Y también a los agricultores para
plantarlas! Sin duda que la respuesta es…
Soberanía Alimentaria Ya
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