lunes, 9 de mayo de 2016

Soberanía Alimentaria: necesidad que  se abre paso en el mundo
Recientemente y por primera vez, un director general de la FAO intervino en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, órgano responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales, alli,  José Graciano Da Silva, actual Director General de FAO, dejó oír su voz sobre la ineludible relación entre seguridad alimentaria y paz, en su intervención “Sembrar seguridad alimentaria, cosechar paz”.

 Se cumplen 20 años de  que un  movimiento de las y los campesinos del mundo articulados en La Vía campesina,  llegara  al principal escenario internacional, ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que reunía a los gobiernos en la “Primera Cumbre Mundial de la Alimentación” (13 – 17 noviembre de 1996) con la finalidad de tomar urgentes medidas y formular un plan de acción conducente para hacer frente a unos de los grandes flagelos que asistía a la humanidad ante la pavorosa cifra de 680 millones de hambrientos en el mundo.
 los mercantilistas intereses del capital que sólo ve esta grave situación como uno de los negocios que les reportará enormes ganancias económicas y, a la vez, mantener un dominio político frente a los estados que cada vez se hacen más dependientes de la producción agrícola a gran escala del agronegocio, ponen en  duda y amenazan   esta misión central de la FAO de impulsar a los gobiernos a definir políticas, programas y recursos para un plan de acción llamado a enfrentar esta dramática situación.
La alimentación un derecho humano y un deber de los Estados garantizarlo , de ahí que el planteamiento de La Vía Campesina basado en una amplia concepción de humanidad y de derechos, sitúa  la Soberanía Alimentaría como un principio de lucha fundamental para combatir el hambre en el mundo y las grandes causas que la generan, exige desarrollar como arma principal la solidaridad y la hermandad entre los pueblos basado como un requisito esencial de máxima importancia que va más allá de las luchas de las y los campesinos por continuar desarrollando y defendiendo las agriculturas locales, dirigido a situar en la conciencia social la Soberanía Alimentaria como un derecho soberano de cada nación por garantizar la alimentación de sus pueblos.

Esta es una de las más importantes y estratégicas acciones para hacer frente a una de las medidas encaminadas por los intereses económicos de levantar como solución las banderas de la seguridad alimentaria, y por ende generar medidas para la adquisición de alimentos mediante la oferta de los países y las grandes corporaciones, bajo el pretexto de la ayuda humanitaria, poniendo en grave riesgo la propia producción campesina que por siglos ha alimentado la humanidad.
Las certezas de los  planteamientos de esa reunión  se han hecho cada vez más irrefutables; mediante propuestas concretas y fundamentadas se han  señalado caminos para las salidas a los problemas globales que generan los actuales modelos de producción y consumo promovidos desde un capitalismo que ha expandido su dominio sobre Estados y gobiernos, particularmente manipulando la conciencia de grandes masas populares dominadas por el consumismo y el individualismo.

Se ven  avances y tropiezos, pero lo cierto es que es innegable la justicia  que ha impulsado unidad y organización en torno al principio político de la Soberanía Alimentaria, como un eje rector de las luchas en el contexto continental y mundial.se ha  logrado situar estos  planteamientos como temas de máxima importancia e indiscutibles para garantizar la paz, la justicia, el buen vivir de los pueblos y la vida del planeta, en los más altos niveles.
Hoy la Soberanía Alimentaria ya está integrada en las constituciones de algunos Estados, así como en varios países se ha legislado sobre leyes de seguridad y Soberanía Alimentaria y nutrición. También se avanza en lograr debatirla en la FAO partiendo de la base que no habrá seguridad alimentaria sin Soberanía Alimentaria. Sin duda que todo lo que hasta acá se ha avanzado es insuficiente, cuando cada vez más el atentado a la agricultura campesina y la alimentación de los pueblos se torna más grave. El dramático éxodo de los miles y miles de refugiados que, huyendo del horror de guerras fabricadas por los intereses expansionistas del capital, claman ser acogidos y alimentados, son una muestra más de este flagelo.
A esta situación se añade el hecho de que, recientemente y por primera vez, un director general de la FAO intervino  en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, órgano responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales, allí,  José Graciano Da Silva, actual Director General de FAO, dejó oír su voz sobre la ineludible relación entre seguridad alimentaria y paz, en su intervención “Sembrar seguridad alimentaria, cosechar paz”. Haciendo hincapié que: ¡La paz sostenible está íntimamente ligada al desarrollo sostenible, a los alimentos y a su producción! ¡Para sembrar las semillas de la paz, necesitamos semillas! ¡Y también a los agricultores para plantarlas! Sin duda que la respuesta  es… Soberanía Alimentaria Ya



No hay comentarios:

Publicar un comentario